Tras definir qué es el humor y mostrar la situación actual de los estudios sobre este tema, el autor toma las principales aportaciones de los grandes filósofos sobre el humor para construir su propuesta. A continuación, integrando categorías éticas tan relevantes como las de sentimientos morales, virtudes, deberes, capacidades o responsabilidad, fundamenta su teoría ética, a la que llama ética del humor, en una racionalidad tanto lingüística como biológica, y nos presenta un nuevo método médico-filosófico: el clínico-ético, capaz de interpretar el humor como un nexo de unión entre ética y salud.