El programa de Filosofía con Niños que propone el autor ofrece herramientas para construir, en el marco de la escuela, una comunidad posible de pensamiento y experiencia en la que los niños son los protagonistas y los docentes, los auxiliares. Este modo de entender la filosofía es el que orienta la propuesta de Gustavo Santiago: docentes y niños desde los 4 años hasta el final de la escolaridad básica pueden constituir una comunidad filosófica, un espacio donde cultivar el asombro y la duda, donde se conceda un lugar a lo inesperado, donde los chicos pongan en juego estrategias argumentativas, modos de plantear problemas, confrontar hipótesis y evaluarlas.