Las lecturas, y sobre todo las vivencias, que he tenido como educador me han permitido concluir que educar es encender una vida con otra vida, y es a partir de esa convicción que he sido protagonista de situaciones que han encendido la vida, especialmente en lo que simbolizamos con las palabras razón y corazón.

Algunas de esas historias educativas son las que quiero compartir en este libro con el deseo de que también puedan encender y educar otras vidas, para que, como dijo David Lebón en Mundo agradable, nuestras escuelas sean un mundo agradable donde todas las personas puedan mejorar, donde todos los caminos puedan ayudar.

Como escribe Marcelo Mango en el prólogo, en Historias educativas la humanidad se pregunta si se puede reparar lo roto, quitar las esquirlas, asumir tragedias, caminar sin piernas, nadar en triciclos rojos, circular en ómnibus negros, construir esperanzas, parar inundaciones, para sacar heroicamente a flote a un hijo desde el fondo del mar. Los relatos son intensos, como es intensa la escuela, la nuestra, la argentina.

Deseo que Historias educativas nos permita compartir que, en la educación, los vínculos van Convirtiendo tus instantes en un para siempre (Trueno en Solo por vos), y que, al leernos, nos sigamos encendiendo. Como dice Malena Muyala: Puedo ver, es tu luz entre la gente, me pareces diferente, sin embargo en lo profundo, te pareces tanto a mí.