Los acontecimientos violentos y las atrocidades de los últimos años han introducido un período de terrible confusión y de temibles conflictos. El mundo es percibido, cada vez más, como una federación de religiones, de culturas o de civilizaciones que se enfrentarán inevitablemente o que, de hecho, ya lo están haciendo. Pero una de las razones por las que el mundo se ha vuelto peligrosamente inflamable es, precisamente, la suposición de que las personas pueden ser clasificadas sobre todo según la religión o la cultura.
Como argumenta Amartya Sen en este libro, el conflicto y la violencia actuales son sostenidos, igual que en el pasado, por la ilusión de una identidad única, por la creencia en el poder abarcador de una clasificación singular que ignora la relevancia de otras formas -más allá de las culturas y de las religiones- en las que los individuos se perciben a sí mismos: el género, la profesión, la clase, la lengua, la moral o la política, por mencionar sólo algunas. A través del análisis de temas tan diversos como el multiculturalismo, el poscolonialismo, el fundamentalismo, el terrorismo y la globalización, Sen plantea la necesidad de una comprensión sensata de la libertad humana como único modo de combatir el cada vez más extendido "arte de crear odio" que se afirma en el poder mágico de una identidad dominante. Claro y contundente, lúcido y provocador, de este libro de Amartya Sen ha dicho Mario Vargas Llosa que se trata de "uno de los dos ensayos más importantes recién aparecidos en Occidente sobre la cultura de la libertad".