Paris y Peter llevan 24 años casados, tienen un hijo de 18, una hija de23 y una casa preciosa en Connecticut. Paris se ha dedicado en cuerpo y alma a cuidar a la familia, y ahora que los hijos se han ido de casa se plantea la posibilidad de volver a trabajar. Una noche, después de una cena que la pareja ofrece a un grupo de amigos en su lujosa casa, Peter anuncia que se ha enamorado de otra mujer (más joven, evidentemente). Paris nunca había sospechado nada. Para ella, tenían un matrimonio feliz y ahora no sabe enfrentarse a una vida sin su marido. Cae en una depresión y no quiere ni salir de casa. Sin embargo, poco a poco, con el cariño y apoyo de amigos e hijos, y también la ayuda de una psiquiatra, empieza a rehacer su vida. Decide que para empezar de nuevo más vale cambiarlo todo y se traslada a San Francisco, donde encuentra rápido trabajo en una empresa que organiza fiestas y eventos. También hace nuevos amigos. Pero el tema de los hombres es mucho más problemático. Está dispuesta y abierta a una nueva relación, pero los que la invitan a salir no ofrecen lo que Paris busca. O son demasiado jóvenes, o demasiado mayores, o beben demasiado, o exigen demasiado... Terminan convirtiéndose en una larga serie de citas desastrosas, así que Paris empieza a pensar que no vale la pena seguir intentándolo. Y para colmo de su desesperación, ¡el nuevo novio de su hija tiene su misma edad! Sin embargo, después de muchos intentos fracasados, Paris se da cuenta de lo que quiere hacer de verdad: adoptar a un niño. De modo que lo hace. Siempre había querido tener otro hijo y su deseo se hace realidad. Y eso no es todo: Paris tiene un nuevo amigo, un muy buen amigo que posiblemente se convertirá en algo más que eso.