El "cine político" como tal, tuvo su máxima precisión de sentido en la cultura del compromiso que anudaba lo político, lo social y lo estético en las décadas del sesenta y setenta. Entre el momento actual y aquel ciclo histórico en el que el cine y la política -la política ejercida como campo de violentos conflictos con el poder- unificaban puntos de vista y activismo militante, los criterios estéticos de esa relación se han transformado. Pero sus principios éticos permanecen diseminados en imágenes y narrativas que renuevan el compromiso del cine con lo social, con sus momentos críticos, con el peso del duelo, con el deber del testimonio, y sobre todo con la responsabilidad de la memoria en una trama sociopolítica como la argentina, profundamente afectada por el horror del exterminio de los setenta. Este libro enfoca las alternativas de ese vínculo en casi tres décadas, con énfasis en escenas de la realidad histórico-política de profundo impacto en el imaginario y en la memoria de la sociedad argentina. Una de ellas involucra al peronismo y sus contradicciones -con su repertorio de narraciones, mitos, dramas, héroes, fechas épicas, gestas, momentos de felicidad y de catástrofe-, incorporado a la trama visual y narrativa de películas que ocupan los dos extremos del arco temporal propuesto. Por otra parte, se exploran las figuras surgidas del clima de revuelta popular durante la crisis económica e institucional de 2001 y 2002, que encontraron su lugar en el cine y otros lenguajes artísticos. En cada intervención, el trabajo apuesta a concebir algunas formas de lo político en tiempos de normalidad despolitizadora de las sociedades de mercado y sus nuevas mitologías.