La épica del siglo XX es, según De Certeau, la que realiza el hombre sin atributos. Basta con recordar dos grandes obras literarias de nuestro siglo: el Ulises, de James Joyce, y El hombre sin atributos, de Robert Musil, para comprobar lo que nos dice De Certeau. Las cualidades que este autor atribuye al personaje de la épica actual son: 1) el consumo que realiza es siempre activo y creativo, nunca se somete pasivamente a la forma del producto; 2) la habilidad en el uso de las artimañas para vencer al fuerte (la presencia anónima del poder), y 3) la sensibilidad para recrear redes de intersubjetividad paralelas a los grandes poderes. Debido a estas características que descubre en el hombre ordinario, su estudio de la vida cotidiana se enfrenta al desarrollado por Michel Foucault; pues mientras este último nos presenta una subjetividad constituida por y desde el poder, De Certeau resalta la capacidad de resistencia constante del hombre común contra el poder.