El Cine y la Historia comparten su condición de discursos actualizadores del pasado. Más allá de esa homología y tras situar los rasgos esenciales del gran dispositivo cinematográfico y del film como hecho discursivo, las relaciones entre Cine e Historia se bifurcan en una doble opción: la posible interpretación o lectura histórica del film y la formalización de un discurso fílmico con voluntad de reificar el pasado o de proponer una lectura fílmica de la Historia. Las circunstancias bajo las que el film se configura como producto socio-histórico condicionana la primera vía, mientras que la representación cinematográfica de la Historia se confunde con al tradición del llamado cine histórico, con sus consiguientes problemas en relación a la verosimilitud, la espectacularidad, las estructuras narrativas, la reconstrucción audiovisual del pasado, etc. Esa doble condición del film le otorga gran interés desde una perspectiva didáctica, experiencia de base que sustenta muchas de las propuestas de este libro.