Un escalofriante relato sobre los peligros que acechan en los sótanos de la democracia Traficantes de niños que mueren a horas de ser llevados a Tribunales; nietos recuperados que eligen quedarse con sus apropiadores; pistoleros nazis devenidos empresarios K; financistas del genocidio en Centroamérica protagonistas del relanzamiento de YPF; huérfanos de la ESMA que celebran asados donde sus padres fueron martirizados; la Madre que se abraza con el General represor; servicios que pelean a los tiros; cuerpos policiales secretos que continúan operando sin control bajo democracia. En Lo que no dije en "Recuerdo de la muerte" Miguel Bonasso no reconoce autocensura alguna. Por el contrario, da cuenta de aquella información surgida después de publicado el libro que se transformó en un fenómeno de ventas y crítica. A treinta años de esa obra fundamental, Bonasso se interna otra vez en los sótanos del "Criptoestado" #el territorio oculto en el que se gestó la última dictadura y que sigue vigente en democracia# donde se mueven espías y asesinos, miembros de una célula dormida dispuesta al crimen individual o social cuando fuera necesario. Si Recuerdo de la muerte es una novela basada en hechos reales, Lo que no dije es un libro de relatos igual de apasionantes y reales, aunque a menudo parezcan ficciones.