Combinando observación de campo, datos estadísticos y análisis históricos, Löic Wacquant, sociólogo y discípulo de Bourdieu, nos introduce en el seno del gueto de Chicago y en el de un barrio de un suburbio industrial de París. Allí descubrimos que la marginalidad urbana no lleva el mismo ropaje en todas partes. La comparación revela, sin embargo, que las estructuras y las políticas estatales juegan un papel determinante en la articulación de las desigualdades (de clase, de lugar y de origen) de ambos lados del Atlántico. Lejos de la mirada exotizante de los discursos mediático y político, es posible ver que la implosión del corazón negro de la metrópoli estadounidense se explica ante todo por la doble retracción de la economía salarial y del Estado de bienestar, así como por las políticas públicas de segregación y abandono urbano. La proliferación de barrios problema alrededor de las ciudades europeas, por su parte, traduce la descomposición de territorios obreros por el efecto conjunto de la esindustrialización, la precarización del trabajo y la mezcla étnica de poblaciones hasta aquí fuertemente compartimentadas. Los condenados de la ciudad pone en evidencia la cristalización de un nuevo régimen de marginalidad avanzada, alimentada por la inestabilidad estructural del trabajo asalariado, el retroceso del estado social y la concentración, en distritos desprestigiados, de sectores desprovistos de una lengua compartida que les permita forjar una identidad común y afirmar reivindicaciones colectivas. Al arrojar nueva luz sobre la explosiva mezcla de opulencia, miseria y violencia en las metrópolis del primer mundo, el autor ofrece herramientas preciosas para agitar el debate público sobre las desigualdades sociales y la ciudadanía en el comienzo de un siglo nuevo.