Los topos arranca como una novela realista: un hijo de desaparecidos criado por sus abuelos arma su historia personal con palabras sueltas que escucha escondido. Una novia embarazada, un aborto, la extrañeza frente a la militancia en HIJOS. Pero a las pocas páginas, el personaje comienza a vivir una transformación pasional. La prosa estrepitosa de Félix Bruzzone logra volverse cristalina, su pluma se borra y entramos al universo del sueño y del delirio. Nuestro personaje se enamora de un travesti con prontuario de matapolicías. Ocupa la casa de su infancia #abandonada# y empieza a refaccionarla sin saber de quién es. Luego, la calle, los trabajos de albañilería y un viaje en el que sólo encontrará cosas distintas a las que esperaba. Con ritmo de relato oral, sueños reveladores, equívocos, destinos cruzados de novela rosa y de policial negro, la novela centra la mirada en el problema de los desaparecidos y lo lleva hasta los lugares menos pensados.