Agustín es un adolescente porteño que se define a sí mismo como antipático, de mal carácter y fácilmente irritable. A él no le interesa andar con rodeos: le gusta llamar a las cosas por su nombre y dice todo lo que piensa sin atenuantes. Pero llega el verano, y Agustín viaja de vacaciones a las sierras cordobesas, donde un inesperado encuentro lo dejará off side y sin palabras. Allí conocerá a Mora, una chica que se halla a punto de enfrentar un cambio que no ha elegido y al que se resiste: tiene que mudarse a Buenos Aires. Así, Mora y Agustín pasan de la aspereza a la amistad y de la amistad
al amor.