El matrimonio homosexual, la homoparentalidad, el aborto, la eutanasia voluntaria y el suicidio asistido, la prostitución, la venta de órganos, el alquiler de vientre, la pena de muerte, la tenencia de drogas, el perfil genético de los delincuentes... todos estos temas son hoy el centro de debates tan resonantes como inconclusos. Pues dudamos de todo aquello que puede ser hecho y, en un único gesto, de qué debe ser hecho. En circunstancias imposibles de ser procesadas y asimiladas, inmersos en situaciones límite sobre las cuales, tarde o temprano, deberemos pronunciarnos. Deslizándose en los márgenes de lo "políticamente incorrecto", este nuevo ensayo de Diana Cohen Agrest nos acerca las razones esgrimidas en torno de estas prácticas polémicas que, de otro modo, suelen permanecer confinadas en los círculos de los especialistas. La premisa básica que atraviesa esta obra es la necesidad de alentar el pluralismo, que implica la coexistencia, en igualdad de condiciones, de diferentes perspectivas desde las cuales reflexionar sobre la realidad que nos toca. Lejos de adoptar una posición que clausure el debate, la autora ofrece los argumentos a favor y en contra de cada una de esas cuestiones, desafiando al lector a tomar una decisión crítica propia. A todos nos gusta opinar fundando nuestras creencias en razones valiosas. Porque sentimos que así colaboramos en la construcción de un mundo un poco mejor. Si el don de la palabra instaura con el hombre el universo simbólico, podemos ser partícipes de la construcción de aquellos valores que, hoy como siempre, deberían sostener cualquier conducta humana. ¿Qué piensan los que no piensan como yo? contribuye a este fin con claridad, profundo conocimiento y valentía.