El proverbio conforma uno de los más antiguos géneros literarios, puesto que se lo encuentra ya en las tabletas de arcilla con escritura cuneiforme que dejaron los sumerios, y fue adoptado, por la sabiduría que condensa, por los libros sagrados de las distintas religiones. Su brevedad facilita su memorización y le permite no sólo pasar de una cultura a otra, sino también actuar como elemento generativo tanto de la poesía popular como de la culta, e incluso en los relatos y obras dramáticas.
La presente antología abreva en los cancioneros más valiosos hasta ahora producidos en el país -Ismael Moya (1944), Carlos Villafuerte (1972), Fernando Figueroa (1991) y otros-, pero se basa principalmente en un trabajo de campo que abarcó todo el territorio nacional. En esta empresa, las expresiones y conversaciones espontáneas de los sectores populares ayudaron a precisar los sentidos y contextos en que se los usa actualmente.
No fue el propósito de los autores reunir en este libro un gran número de refranes y proverbios de valor literario y filosófico desparejo, sino seleccionar los más bellos y profundos, extendiéndose luego en su interpretación, conscientes de que los cambios culturales borran a menudo las referencias que permiten evaluar su agudeza. Se proponen demostrar así el valor de estas frases hechas, que fueron a menudo despreciadas como lugares comunes y mala literatura, aunque el mismo Borges no vaciló en reconocer su valor filosófico y estético.