Ubicado en el centro mismo de su tiempo, Nicolás Malebranche advirtió con la lucidez con la que en esa época lo hacían Spinoza y Pascal que la religión dejaria de ser la guía espiritual del hombre moderno. Lo que lo distinguió de los otros filósofos fue la búsqueda de un contrapeso a esta situación, a fin de elevar la religión católica a la racionalidad de la ciencia moderna. Lo guiaba el propósito de restaurarle el derecho de primogenitura que había tenido hasta entonces.
El fracaso de este proyecto, previsto por los teólogos contemporáneos, no desmerece el interés por la obra de Malebranche. Las complejidades internas y las numerosas polémicas a que dió lugar dan muestra del complejo contexto político-social de Europa -y de Francia en particular- en la segunda mitad del siglo XVII. En un ejercicio de pensamiento sin pausa -un "arder por la verdad"-, Malebranche concibe la religión en el marco de una concepción absoluta de la razón. Religion y razón se desarrollan juntas: la filosofía aparece destinada a clarificar "las verdades de la fe".
De un modo profundo y conciso, a la vez que accesible a la lectura, Guillermina Garmendia expone, pero a la vez interpela, el pensamiento de Nicolás Malebranche, revelándolo en toda su originalidad. Religión y Filosofía es el resultado de la revisión, muchos años después, de la tesis doctoral de esta destacada filósofa argentina, trabajo cumbre que permite ver en el de Malebranche no un pensamiento obsoleto, sino el antecedente remoto del desarrollo ininterumpido de la "teletecnociencia", que involucra la ardua cuestión de la religión y la razón como provenientes del mismo origen.