Con la finalidad de pensar a la filosofía desde afuera de su propia historia, Tomás Abraham se propuso buscar un camino extradisciplinario, un "otro" tangencial al circuito filosófico: la literatura. ¿Quién mejor que William Shakespeare, considerado el emblema universal literario, un poeta y dramaturgo que además actuó, produjo y dirigió sus obras, para dar forma a este desafío? Con desenfado, Abraham avanza sobre el enigma de la vida de Shakespeare mientras analiza las estéticas con que diferentes directores de cine y de teatro representaron sus obras, y el modo en que cada época recibió esas representaciones. Aquí, Shakespeare se replica y esconde en sus personajes y en los dramas a pesar de sus infinitos intérpretes. La inasibilidad del Bardo de Stratford-upon-Avon está emparentada con un fantasma que se presenta en Lear, Shylock y Hamlet, un espectro que es voz y rostro, una sombra que gime y se queja por su destino. La ingratitud, la traición y la venganza configuran el escenario de las pasiones y de cuerpos en acción. La prosa irreverente y erudita de Abraham hace de Shakespeare, el antifilósofo un libro original, una máquina narrativa que combina semblanzas, historia política, cine, teatro, psicoanálisis, literatura y, por supuesto, filosofía.