Pocas veces en la historia de la literatura un personaje de ficción alcanza tal celebridad que incluso oscurece la figura de su propio creador, y el caso de Sherlock Holmes es uno de los más representativos. Segunda novela de las cuatro protagonizadas por el brillante detective, El signo de los cuatro gira en torno a los avatares de un fabuloso tesoro en la India colonial, y en sus páginas se consolidan los sugerentes y pintorescos rasgos de la singular personalidad del investigador. En El sabueso de los Baskerville, Holmes, trasladado a los inhóspitos y desolados páramos de la región de Dartmoor, se enfrenta al reto de resolver un enigmático crimen relacionado con el espectro de un perro diabólico y sobrenatural, instrumento de la maldición que pesa sobre una familia.