Las aventuras de la imaginación humana bajo la que el mundo se experimenta inmediatamente, la práctica de prudencia que orienta las acciones y las palabras en contextos de adversidad para el libre ejercicio de la filosofía, la política democrática y a la vez realista que nos ha sido legada por el spinozismo para su exploración y su
reinvención, la pasión por la naturaleza de las cosas y de los seres, se conjugan en una terrenalidad profunda del pensamiento y de la acción -del pensamiento como acción y de la acción como pensamiento.
Adjudicada a Baruch Spinoza, la expresión "filosofía terrena" procura remitir a un amor mundi y a una alegría filosófica que nunca soslayan el lugar de las pasiones tristes en la existencia común, ni la historicidad de la destrucción humana, ni los conflictos y los dramas en los que se inscribe la vida de los pueblos. Más bien nacen allí mismo para impulsar las tareas intelectuales y políticas que revelan un lugar y una época. En cuanto filosofía terrena, el spinozismo reconoce su sintonía profunda con el pensamiento de Nicolás Maquiavelo: significa siempre que hay algo que hacer -y jamás que no hay nada por hacer. Significa que hay una emancipación que consumar; un terror -visible o invisible- que desvanecer, una felicidad singular y colectiva que cumplir. Spinoza. Filosofía terrena reúne doce lúcidos ensayos enmarcados en esta línea de reflexión.
Diego Tatián es investigador adjunto del CONICET y profesor de Filosofía Política en la Universidad Nacional de Córdoba. Ha desarrollado su labor docente, también, como profesor invitado en diversas universidades del exterior. En Colihue Universidad ha publicado el libro Spinoza, el don de la filosofía, y es autor de Desde la línea. Dimensión política en Heidegger, La cautela del salvaje. Pasiones y política en Spinoza y Spinoza, el amor del mundo, entre otras obras. Tatián ha estado a cargo de la introducción a la edición del Epistolario de Spinoza que integra la Colección ColihueClásica.