¿Cómo acercarse a los adolescentes a través del teatro? ¿Cómo pensar en un teatro para jóvenes? ¿Con qué formas, con qué temas? ¿A qué podría llamarse hoy "teatro juvenil"? En la antología Teatro para adolescentes, Alma Maritano reúne ocho piezas de seis autores argentinos contemporáneos con las que responde esos y otros interrogantes. Las obras son "Hipotenusa" y "La puerta", de Graciela Ballestero; "El viaje", de Sandra Siemens; "La oruga, la mariposa y el hombre", de Denise Almeida y Alejandra Gómez; "Bachines" de Gabriel Cela; "Cuando vuelva la luz" y "Sálvese quien pueda", de Nicolás Panasiuk; "El tercer hombre", de Sebastián Villar Rojas, con mundos de imaginación y lenguajes diversos, de la alegoría al absurdo, de la comedia al drama. "Intentamos", afirma Alma en el Prólogo, "ofrecer textos teatrales que permitan ser puestos en escena en ámbitos no específicamente destinados al teatro (clubes o instituciones barriales, bares, plazas, espacios deportivos, etc.), por adolescentes y jóvenes que estén cursando el colegio secundario y/o una carrera universitaria. Hemos pensado, acorde con esa intención, en edades que pueden oscilar entre los catorce y los veinte años. Quisimos acercarnos a las preocupaciones temáticas propias de la adolescencia: existenciales, sociales, artísticas o políticas, a través de variados enfoques conceptuales y plásticos."