El fondo de la crítica de Emilio Betti (política e ideológica, y lo decimos sin atribuir algún significado negativo a la expresión) se refiere al poder autonormativo de los privados, la que se acoge con aquiescencia, reposa en una perspectiva de funcionalización de la autonomía privada, dirigida a limitar la esfera de acción de los privados a perseguir valores solidarios: «si existe un dato seguro en la más reciente evolución de esta sociedad no sólo en Italia, sino en toda Europa continental, es la creciente afirmación de las exigencias de solidaridad social a través de múltiples caminos, que conducen a circunscribir la libertad individual. Y también fuera de Europa sociedades nacionales que, por su tendencia individualista y su riqueza de recursos económicos, parecen las más reacias a los citados vínculos, han mostrado en tiempos más recientes arribar al imperio de tales exigencias».MAURO GRONDONAProfesor Asociado de Derecho PrivadoUniversidad de Génova(Italia)