Luego de más de treinta años de matrimonio, Lidia pierde a su esposo, un reconocido catedrático a quien le dedicó prácticamente toda su vida.
En su duelo, Lidia recorre la biblioteca de Víctor, hojea los volúmenes, los sostiene a su manera, con un lápiz apretado en la boca; repitiendo sus gestos, espera encontrarlo, pero queda atrapada en los innumerables subrayados y anotaciones en los márgenes. Lidia encuentra así un modo de volver a tenerlo cerca, un proyecto cuya envergadura se condice solo con el tamaño de su dolor: recorrer los más de ocho mil seiscientos libros que albergaban esos estantes para transcribir el verdadero libro de Víctor, el que escribió en los márgenes de los libros de otros, sin advertirlo, durante toda su vida.
Tratado sobre las manos es una novela poblada de claroscuros, sobre una obsesión que logra poner nuevamente en funcionamiento los engranajes de una familia hecha jirones y resignificar a partir de sus lazos afectivos una vida que parecía perdida.