Este libro propone una teoría viva y comunitaria. Porque cuadno Marlene Wayar dice que tiene un cementerio en su cabeza, habla desde la fuerza que le da la experiencia de todo su colectivo. Y esa fuerza es oral. Con diálogos, teje puentes entre lo oral y lo escrito, y lo hace con una potencia que lo escrito jamás podríra capturar. Entre conversaciones, el libro invita a sentir sin anestesias desde lo trava trans sudaca y a pensar críticamente el fracaso del mundo tal como lo conocemos. Es un grito que envuelve la vida del cuerpo trava mientras invita a considerar las marcas sobre nuestros cuerpos que promueve el hetero-winca-patriarcado. Marlene nos propone matar esos dolores con olvido cotidiano e irnos a construir otras lenguas movibles que nos llenen de energía, una energía que la ética ompone que empleemos en niñes y adolescentes. Este libro es el abrazo anhelado para su desarrollo en plenitud".