Saraa, de seis años de edad, va a pasar el verano a casa de sus abuelos, ya que sus padres, sumidos en una tempestuosa separación, no son capaces de ocuparse de ella. Lejos de un hogar en llamas, y en un entorno en principio idílico, empieza un auténtico infierno para la niña. Saraa se ve dividida por el dolor y el sufrimiento sin nombre que le infligen las acciones de las personas de su entorno más cercano y el afecto que siente por ellas, convencida de que son las únicas personas que realmente la quieren. Para lidiar con una situación tan horrorosa, Saraa escapa a un mundo de fantasía y culpa.