Traducción de Marcelo Zabaloy.
ULISES, JAMES JOYCE
ESTRUCTURA DE LA OBRA
La obra, tal como fue editada desde 1922 hasta 1961, se compone de las partes I,II y III. Los capítulos nunca fueron numerados por Joyce, que prefería referirse a ellos como episodios. Si bien los manuscritos originales estaban titulados, estos títulos nunca aparecieron encabezando los episodios ni figuraron en el índice. Los nombres de los episodios y los números de 1 a 18 fueron incorporados en las ediciones de Garland House de 1984 y 1986.
cita:
"Alzó el índice y con un gesto de viejo lo agitó antes de hablar.
Recuerde mis palabras, Mr. Dedalus dijo. Inglaterra está en manos de los judíos. En los puestos más importantes: las finanzas, la prensa. Y son el signo de la decadencia de una nación. Dondequiera aparecen consumen las fuerzas vitales de una nación. Hace años que lo veo venir. Tan cierto como que usted y yo estamos aquí, los mercaderes judíos ya están haciendo su trabajo de destrucción. La vieja Inglaterra se está muriendo.
Se alejó unos pasos con agilidad, sus ojos recobraron una vida azul mientras atravesaban un ancho rayo de sol. Iba y venía.
Se está muriendo exclamó, si es que no está muerta ya.
El grito de la ramera de calle en calle
Tejerá la mortaja de la vieja Inglaterra.
Sus ojos bien abiertos por la visión miraron gravemente a través del rayo de sol en que se había detenido.
Un comerciante dijo Stephen es alguien que compra barato y vende caro, judío o gentil, ¿no es así?
Pecaron contra la luz dijo Mr. Deasy con gravedad. Y se ven las tinieblas en sus ojos. Es por eso que andan errantes sobre la tierra hasta el día de hoy.
En las escaleras de la Bolsa de París los hombres de piel dorada cotizan con dedos cargados de anillos. Graznidos de gansos. Pululan por el templo a los alaridos, groseros, sus cabezas conspirando bajo desmañadas galeras. Nada propio: estas ropas, este discurso, estos gestos. Sus grandes ojos pesados desmentían las palabras, los gestos ardorosos e inofensivos; pero sabían del rencor que se cernía sobre ellos y sabían que su celo era vano. Vana paciencia para acumular y atesorar. El tiempo seguramente lo dispersaría todo. Tesoro acumulado al costado del camino: saqueado y pisoteado. Sus ojos conocían los años errantes y, pacientes, los estigmas de la raza."