En la madrugada del 24 de marzo del 76, Bernardo Alberte tuvo el nada envidiable privilegio de ser elegido como primer blanco del genocidio que comenzaba. Sus asesinos no buscaban derribar a una figura con poder. Por entonces, otras corrientes del peronismo revolucionario ocupaban el centro de la escena. Buscaban sí matar un símbolo, destruir la posibilidad de un vínculo entre las FF.AA. -el Mayor nunca dejó de considerarse militar- y cualquier forma de resistencia popular. Con la misma dignidad con que se había opuesto a los obsecuentes y había afirmado sus juicios frente a Perón, Alberte dirigió a Videla, horas antes del golpe, una carta-denuncia donde increpaba duramente al ejército. "¿Puede alguna vez algún Coronel o algún General asumir una tragedia como ésta?" Enorme desafío para quienes se aprestaban, superando sus crímenes del 55, a poner en práctica salvajemente las políticas neoliberales contra el pueblo argentino. El Mayor estaba ligado desde su origen a esa Argentina que los sátrapas buscaban destruir. Como joven oficial fue parte de las luchas del 16 y 17 de octubre del 45. Edecán de Perón en el 55, participó en la defensa frente a los bombardeos gorilas de junio. Fue degradado por la "Libertadora" y se sumó con bríos a la Resistencia. Como delegado del General, contribuyó a desmontar el participacionismo y a construir un peronismo opositor en lucha, durante los años decisivos que siguieron al golpe de Onganía. Celoso de su independencia, instaló una "limpiería", que además de proveer a la manutención de su familia, fue cobijo, lugar de encuentro y, en ocasiones, de consuelo ante la adversidad. Eduardo Gurucharri delinea, en torno de la figura de "El Delegado", la trama de acontecimientos que conmovieron al país durante más de dos décadas. La correspondencia hasta hoy inédita entre Alberte y Perón, desde los tiempos de la Resistencia hasta los 70, agrega valor testimonial a este libro imprescindible y revela un espacio íntimo de confidencias, polémica, estrategias compartidas, intrigas de poder, objetivos y organización del movimiento peronista. Por estas páginas desfilan también los nombres y las luchas de la época, los proyectos realizados o truncos, las pasiones... Un friso de lo espectral de la historia argentina a la espera de que el presente recoja su clamor.