Estos dos libros de la Biblia, que ofrecían un enorme consuelo a los primeros creyentes, influyeron profundamente en el ascenso de la Iglesia cristiana y en su inmensa tradición artística: el Apocalipsis narra el triunfo final de la religión sobre sus enemigos, mientras que el Libro de Job describe la fe de un hombre que debe enfrentarse a increíbles adversidades.