Edición a cargo de Aurora Bernárdez y Carles Álvarez Garriga Odio las cartas literarias, cuidadosamente preparadas, copiad as y vueltas a copiar; yo me siento a la máquina y dejo correr el vasto río de los pensamientos y los afectos, escribió Julio Cor tázar en 1942: una declaración de principios que mantuvo siempre. En estas cartas, que pueden leerse como diario personal, autobio grafía y cuaderno de bitácora de sus libros, se asiste a la creación de un estilo inconfundible. Con curiosidad permanente, Cortá zar da cuenta de todos los aspectos de su actividad como escritor, de sus desvelos políticos y sus vaivenes personales, hace el ba lance del día, opina sobre lo que lee, lo que escucha y lo que ve, relata sus andanzas como traductor, como militante revoluciona rio o como defensor de los derechos humanos. Nada queda afuera: la Argentina de provincias, Buenos Aires, París, Cuba, Nicaragua, el boom de la literatura latinoamericana, la amistad, el amor, la muerte. El autor de Rayuela no cesa de asombrarnos con su humor , su lucidez y una inusual coherencia entre vida y obra. Organizada en cinco volúmenes que abarcan un período comprendido entre 1937 y 1984, la presente edición de la correspondencia cortazariana es una versión corre-gida y muy aumentada respecto de la publi cada en el año 2000: presenta más de mil cartas nuevas, recupera los fragmentos suprimidos en la primera edición e incluye índices de obras del autor y de personas citadas. Una colección que parece estar escribiendo ahora, a nuestro lado, un hombre que jamás se aburrió un solo segundo a lo largo de toda su vida.