En el mundo de Cortázar el juego recobra esa virtualidad perdida, de actividad seria y de adultos. Es verdad que sus personajes se divierten jugando, pero muchas veces se trata de diversiones peligrosas, que les dejarán, además de un pasajero olvido de sus cir cunstancias, algún conocimiento atroz, o la enajenación o la muerte. En otros casos, el juego cortazariano es un refugio para la s ensibilidad y la imaginación. En sus libros juega el autor, juega el narrador, juegan los personajes y juega el lector, obligado a ello por las endiabladas trampas que lo acechan a la vuelta de la página menos pensada. Ningún otro escritor dio al juego la dign idad literaria que Cortázar, ni hizo del juego un instrumento de creación y exploración artística tan dúctil y provechoso. La obra de Cortázar abrió puertas inéditas.» MARIO VARGAS LLOSA «De los grandes escritores que he conocido, ninguno, excepto Borges, par ecía haber meditado tanto como él sobre el problema de la forma y el estilo. A este aprendido magisterio que se transmite de escri tor a escritor, hay que agregar su propio magisterio, lo que le debemos y le deberán las generaciones que lo siguen.» ABELARDO CAS TILLO «No puede desconocerse la influencia de sus textos en buena parte de la narrativa que después de él se escribió en español. » JOSÉ DONOSO