"Frente a la admirable síntesis de historia económica que acaba de escribir Pirenne, un comentarista debe, honestamente, confesar su embarazo. ¿Es necesario repetir el valor de las cualidades que hacen de cada una de las obras del gran sabio belga, desde su aparición, en el sentido propio de la palabra, un ciático de nuestra literatura? Esas cualidades son: una información que, en este escritor encumbrado a la cima de los honores, podría, por su cuidado escrupuloso, darse como modelo a los más jóvenes aprendices; una claridad soberana; un sentido de las masas, un ímpetu, presente de los dioses, envidiado por todos los que manejan una pluma; por encima de todo, el gusto por la vida, el arte de siempre, lo que hay tras las cosas, develar al hombre. ¿Analizar? ¿Con qué objeto? Cada quien leerá, y las ideas centrales resurgen con tanto relieve que resumir sería, casi por necesidad, repetir. ¿Marcar, al margen del libro, algunas dudas? Nada, para decir verdad, parecería más conforme a los deseos de un maestro que el ver que, cada uno de sus trabajos, por sobre todas las cosas, excita siempre la investigación. ¿Cómo, sin embargo, pensar en una toma de posición, en pocas líneas, junto a tesis tan bien maduradas y tan sólidamente fundamentadas? Ésta será la tarea de las futuras generaciones. Todo gran libro, al mismo tiempo que una lección, es un punto de partida. Podemos asegurar que éste, que marca visiblemente una fecha en nuestros estudios, no fallará a este doble papel. Sólo queda adoptar el partido más simple: darle las gracias". Marc Bloch