Hoy que la Escuela vive inmersa en una perpetua crisis como institución, baqueteada por continuos cambios de planes educativos y supresiones de asignaturas en aras del imperativo de la productividad, este nuevo libro de Massimo Recalcati, gran éxito de ventas en Italia, se antoja particularmente oportuno. Al hilo de su propia biografía escolar, que arranca con el dudoso honor de haber sido el último alumno en Italia suspendido en segundo de primaria, pero que acabará enderezándose gracias a una serie de inolvidables maestros, el autor reflexiona, con su característico estilo analítico capaz de aunar a Freud y a Lacan y ponerlos al alcance del lector, sobre el estatuto de la educación en una sociedad que ha vivido el colapso de toda referencia de autoridad, como ya analizara en su anterior ensayo El complejo de Telémaco. Bien lo saben, y lo padecen, los profesores, humillados social y económicamente, llamados a menudo a compensar las deficiencias de educación de las familias, pero cuya soledad ante la ya de por sí difícil tarea educativa se ve agravada por la desintegración del pacto generacional, que los enfrenta a una alianza, hasta hace veinte años impensable, entre alumnos y padres.