Uno de los cuentos más célebres de Las mil y una noches, relata las fantásticas aventuras de Simbad el Marino por tierras extrañas mientras éste se las cuenta a un joven pobre, Simbad el Cargador.
"- ¡Qué injusta es la vida! Unos sentados en una silla de oro, otros caídos y con el lomo roto.
Será que el dueño de la casa tenía un oído mágico o un criado que lo escuchaba todo, lo cierto es que dicho esto se abrieron las puertas de la casa y Simbad el Cargador fue conducido a una elegante sala, en donde lo esperaba un anciano:
- Mi nombre también es Simbad. Soy Simbad el Marino y no creas que mi vida ha sido fácil."