Obedeciendo a la fatal consigna de escribir sobre las propias experiencias, en estas "aguafuertes pasajeras" Horacio González se lanza a reflexionar sobre sus viajes en taxi. El objeto puede ser irrisorio, pero nos invita a pensar en la precariedad de la vida. En este libro desfilan toda clase de diálogos sucedidos en el interior de la acolchada cabina del taxi, cavidad misteriosa en que se juegan las ideologías de la existencia y los pobres mendrugos de lejanas éticas personales que, de tanto en tanto, acuden a nuestra mente. Viajar en taxi no parece ser ocupación filosófica. Pero el autor percibe, en esos actos viajeros, una dosis no siempre pequeña de nuestras desazones y apostasías."