Publicada en 1864, la obra se propone como un ácido cuestionamiento a las ideas más caras a la intelliguentsia rusa de la época. En ella el autor marca las continuidades que hay entre el humanitarismo liberal de 1840, impotente para actuar sobre la realidad, y el materialismo utópico, cada vez más proclive a la acción política, que empezó a circular en Rusia en la década de 1860. Desarrollando hasta la hipérbole los postulados de la nueva tendencia racionalista, el narrador de las Memorias no hace más que demostrar las inconsecuencias de estas ideas que se proponían como superación de las contradicciones de la generación anterior, en tanto siempre subsiste en la naturaleza humana un elemento irracional imposible de reducir a conceptos programáticos.
La traducción, la introducción y las notas de la presente edición han estado a cargo del profesor Alejandro Ariel González, especialista en lengua y literatura rusa de la Universidad de Buenos Aires.