"El diario del pueblo" para sus lectores, "tábano infernal" para sus enemigos, Critica revoluciono la prensa periódica argentina, dejo una fuerte marca en nuestra cultura de masas y, además, creo su propio mito. Desde 1913 Natalio Botana, propietario y director, desarrollo en Buenos Aires el modelo periodístico de Hearst y Pulitzer. A la par de la modernización social y cultural, incorporo amplios segmentos de nuevos lectores y le ofreció un periódico que, bajo la marca unificadora de lo masivo y lo popular, satisfacía cada una de las apetencias de un conjunto diverso: los deportes, el tango y el jazz, las carreras de caballos, la noticia policial, el submundo social y la literatura de vanguardia. Lo hizo con un importante sustento tecnológico: modernas rotativas, ediciones a toda hora, una radio, filmaciones y hasta un avión, que hiciera realidad su afirmación de que Critica estaba en todas partes. Sobre todo, formo un equipo de periodistas profesionales capaz de construir la noticia con un estilo inconfundible, admirado y denostado. Critica fue el actor principal de su propia obra dramática. Informando y comentando, se colocaba en el centro del relato, dividía al mundo entre sus amigos y enemigos, dialogaba directamente con sus lectores, los convocaba a recibir las ultimas noticias -el resultado de un combate boxístico, el derrocamiento de un presidente- o a defender sus ideas frente a los enemigos políticos. En ese terreno, Critica fue un actor de peso: enfrento a Yrigoyen en 1928 y lo demolió en 1930. Luego del 6 de setiembre, Critica tuvo un duro enfrentamiento con el gobierno de Uriburu, pero regreso triunfador en 1932, para convertirse en una pieza importante de la coalición de intereses que respaldaban al general Justo. Este estudio de Sylvia Saitta, que combina el análisis textual con el enfoque cultural, es a la vez la mirada sistemática de un gran texto periodístico, una explicación de su historia interna y una confrontación entre este gran diario y su p