«...yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica.» El hacedor es, según Borges, uno de sus libros más personales, una miscelánea que "abunda en reflejos y en interpolaciones", compilada por el tiempo y no por él. Formalmente, aquí hay diversidad de géneros: relatos, poemas, ensayos; sin embargo, nada es lo que parece, y podrá leerse ensayo en la poesía, relato en el ensayo y poesía en ambos. En un recorrido al que asoman Homero, Heráclito y Dante, pero también Rosas, Juan Muraña y Lugones, Borges hablará de sí («yo, que me figuraba el Paraíso / bajo la especie de una biblioteca») y de su ceguera, esa «declaración de la maestría / de Dios, que con magnífica ironía / me dio a la vez los libros y la noche».