«En aquel momento sentí que algo estaba ocurriéndonos o, mejor dicho, que ya había ocurrido. De algún modo ya éramos otros.» Gran parte de estos cuentos giran en torno al cumplimiento de un destino que se repite y que suele prefigurar un enfrentamiento. A veces los protagonistas son los hombres, como en "El otro duelo" o "Guayaquil"; otras, son sus armas: dos cuchillos que se buscan largamente hasta por fin encontrarse y pelear. También puede ocurrir, como en "Historia de Rosendo Juárez", que en esa lucha uno se convierta en espejo del otro, uno sea él mismo y su enemigo. O que, como le sucede a Brodie, el otro le produzca horror y fascinación. Once relatos en los que el autor dice haber encontrado su verdadera voz: «La ya avanzada edad me ha enseñado la resignación de ser Borges».