En estos diálogos, Borges, ya ciego y maduro, atento a la voz y al sonido de las palabras propias y ajenas, despliega de manera coloquial, fresca y sensible su inagotable sabiduría a la vez que expone con una profundidad admirable los puntos neurálgicos de su universo. Acompañado por la certera y prudente guía de Ferrari, Borges muestra aquí no solo su tarea como escritor sino su labor como lector. Los tigres, los laberintos y las armas; la identidad de los argentinos; la literatura; el amor; el grupo Florida, el grupo Boedo y la revista Sur; la mitologías y el budismo; el humor; Estados Unidos, Quevedo, Macedonio Fernandez, Victoria Ocampo y Edgar Allan Poe; la causalidad; el desierto; la luna y la política son algunos de los asuntos con los que Borges hipnotizó a su interlocutor de entonces y que hoy, al alcance de los lectores, se transforman en materiales de consulta permanente. Esta edición definitiva cuenta con un prólogo del propio Borges en el que resalta el valor en sí del diálogo como forma de expresión y pensamiento. En él, el escritor invita a la lectura. Dice: Como todos mis libros, acaso como todos los libros, éste se escribió solo. Ferrari y yo procuramos que nuestras palabras fluyeran, a través de nosotros o quizá a pesar de nosotros.