Luego del mito de Babel nada parece seguro en el reino de las traducciones. En este libro se proponen diversos significados, además del clásico, para el acto de traducción. Si cierto momento del Satiricón de Petronio se puede hallar muchos siglos después en la obra de Proust, En busca del tiempo perdido, estamos ante un sentido amplio de la traducción. Si podemos leer El Capital de Marx a la luz de ciertos trazos de un libro como la Fenomenología de la percepción de Merleau-Ponty escrito casi cien años después, también se puede apreciar el alcance culturalmente evocativo que posee toda obra y toda imagen. Los problemas de naturaleza inquietante y apenas resolubles que planteara hace más de medio siglo Michel Foucault en torno a Las meninas de Velázquez nos ponen, también, ante el obstáculo de la traducción de imágenes a textos. Todos estos antiguos y nuevos temas son pasados por la escritura sugestiva y rizomática de Horacio González.